lunes, 28 de enero de 2013

Decimos.

"Decimos que nos gustan las flores y las arrancamos, decimos que nos gustan los árboles y los talamos, y luego nos sigue extrañando cuando alguien tiene miedo a que le digan te quiero."

jueves, 24 de enero de 2013

Ojalá

Tres y veinte de la mañana, ¿qué horas son estas? ¿Qué hago despierta? ¿Él lo estará?
Siempre me pasa lo mismo, una vez que me despierto no pego ojo después.
¿Y si se ha levantado? No, no creo. Aunque quizás sea una señal. Sería demasiada casualidad, no.
No entiendo qué hago despierta a estas horas, siempre lo mismo. Siempre a las tres, me acueste a la hora a la que me acueste.
Quiero verle, y quiero mirarle dormido y acariciarle despacio el cuello.
No sé si levantarme y mojarme un poco la cara. Sí, eso será lo mejor.
¿Qué estará haciendo? Ojalá piense en mí, aunque sea poco, aunque sea de pasada.
Voy a intentar levantarme despacio. Las piernas todavía no me responden, ya estoy acostumbrada. ¿Qué me pasa? Siempre he pensado que mi cuerpo no va al compás que mi cerebro. Me duele todo.
Por fin. Dios, no veo nada. ¿Y la luz? ¿Y la puerta? ¿Dónde estoy? Pero... ¿quién es esa? Quién es la del espejo. Cómo he llegado aquí. No consigo reconocerme. ¿Por qué se me marcan tanto las costillas? ¿Y esas ojeras? Yo antes no era así. ¿Y esas marcas? No puedo ser yo, es imposible. Al otro lado del espejo parezco tener a una extraña. Cómo ha pasado el tiempo. Ojalá no fuera yo.
¿Y él qué pensaría?

lunes, 21 de enero de 2013

aire

Voy a hacerme la pregunta más complicada que me he hecho en mi vida: ¿por qué respiro? Así sin más lo pienso, ¿por qué? Si sé que hay final y que seguramente no está muy lejos. Sé que todo lo que tengo o he tenido en esta vida se desvanecerá. Y ahora, ¿por qué no ser un ave fénix y resurgir de mis cenizas? Pienso que, después de todo, de ese final, de ese túnel triste y luminoso del que todo el mundo habla pero del que poca gente ha conseguido salir vivo, hay algo, un abismo al que caer, pero no sin fondo. Ahí están esos recuerdos tan oscuros como profundos, los primeros 'te quiero', las primeras miradas, las amistades que han sido olvidadas y el amor de verano del que tanto se presumía. Todo está ahí, para esperarte como espera una madre después de pasar meses sin ver a sus hijos, con los brazos abiertos. Y una vez más en mi cabeza se repite esa pregunta: ¿por qué respiro? y yo, en un intento de saciar la intriga me contesto. Por mí misma. Porque si estoy aquí esperando a ese final es por algo. Y respiro para saber que sigo viva.